domingo, 20 de diciembre de 2009

Muerte o vida un tema para el arte





Luis Antonio Chávez

El tema de la muerte ha sido recurrente en los artistas e incursionan en él pintores, poetas, músicos, escultores y escritores, quienes utilizan esa herramienta lúdica como una catarsis en su diario vivir.
Y es que morir, el fin de todo, pese al temor que despierta dicho concepto por esa fusión, es en su honor que se canta, se pinta, danza o declamación. La muerte es un tema adherido al artista.
Pero también encuentra murales, cuentos, fábulas, novelas, la muerte hace vivir muchas ramas del arte.
Confirmar que ese tema –considerado por muchos como un tabú– ya es un factor común, no hacemos más que asegurar que la presencia abismal, como una circunstancia inevitable e inherente, es parte de la existencia misma del ser.
Así nos encontramos con que Eros y Thanatos (vida y muerte) son caras de la misma moneda: implacables y severos.
Precisa señalar pues que es muy difícil evadir esos dos términos, sobre todo porque ambos están ligados entre sí y se bifurcan, sin que haya alguien que ose evitarlo.
Pintores como Rafael, Miguel Ángel, Rembrandt y Salvador Dalí, entre otros, muestran sus dotes en esta área, encontrándose con más de alguno que condenó su aprehensión a ese tema.
La caricatura no se queda atrás y la representa el mexicano José Guadalupe Posada, a quien sus contemporáneos criticaron la forma de ridiculizar a la muerte.
Posada lo hacía con sus cananas terciadas sobre el hombro, la vestía de charro, así como en personajes bailando o poniendo serenatas... lo que atrajo comentarios fuertes sin que ello menoscabara la inspiración del artista. Rivero también incursiona con sus lienzos mostrando a la muerte, en diferentes cromos y colores, con sus esqueletos de diversos tamaños.

Literatura
Generaciones van y vienen, las páginas de libros, revistas y periódicos han sido plasmados con lienzos o escritos aludiendo esa temática existencial.
Aquí no importa cómo se le nombre o se asuma, sise hace hacia una prolongación del espíritu o el fin; el paso al sufrimiento eterno o la paz del reposo: ella estará siempre presente con su filosa carcajada.
Los artistas la han abordado con un tono desenfadado y risueño, otros mostrando temor o resignación, también ha existido quien dedique versos con mucho respeto, aunque habrá alguno irreverente, que esgrima frases irónicas e intente quitarle el manto del fatalismo.
Sin embargo, en un tema capital, en el cual suele tomar forma y aparecer personificada, “ningún poeta lírico se enfrenta a la muerte como si fuera una entidad abstracta difusa, sino como a la encarnación, súbitamente dolorosa”, cita Jaime Labastida, en su libro “El amor, el sueño y la muerte en la poesía mexicana”, (Edit. Novaro, México1974).
Lo antes citado lleva a interrogarnos de qué forma el tema de la muerte es tratado por el poeta, para que éste –palpándose los huesos– trate infructuosamente de retratarla en el papel.
Dicho intento ha llevado a los artistas a sucumbir en su manto, desistir de su lucha o salir airosos, proporcionando excelentes obras, con ideas diversas en los que se percibe la ansiedad, la ternura, la crueldad y la belleza, en un tema que impone sus condiciones.
Aunque es un tema lúdico donde no existe indulto o amnistía para el individuo, la muerte siempre ha encontrado un terreno fértil en los hacedores del arte, tanto en América como en el mundo entero.

Plumas
Entre los primeros escritores que incursionaron en este tema están Jorge Manrique (S. XV) con sus Coplas a la muerte; Dante Alighieri, con su famosa novela Divina Comedia, sembrando la semilla para esta temática.
Manrique, ante la impotencia de ver el cuerpo de su padre en el féretro, nole queda otra alternativa que escribir sus Coplas a la muerte. En tanto que Alighieri escribe su Divina Comedia, a raíz de la muerte de su amor platónico, Beatriz, y la hace figurar en esta monumental obra.
Posteriormente lo haría el francés Jean Paul Sartre, con su obra “A puerta Cerrada”; el uruguayo Juan Carlos Onetti, en su libro “Junta cadáveres”; Rubén Darío, Lope de Vega, Góngora, Quevedo... quienes han tocado este tema. Un poco más contemporáneos son Julio Herrera Reissin, con sus versos a la Muerte Blanca; Gabriela Mistral, que entona Los huesos de los muertos; Ramón López Velarde, en El sueño de los guantes negros; Macedonio Fernández (contemporáneo de Borges), la esboza en Elena Bella muerte, sin olvidar por supuesto a Pablo Neruda. Octavio Paz, en el Laberinto de la soledad, describe con mucha sapiencia cómo la muerte es un tema recurrente en el folclore mexicano.
Los poetas también han utilizado este tema para elevar la significación de la lucha de clases. “La muerte –escriben– nos iguala, nos quita la condición de ricos y pobres. Es un gran mar en el que no sirven de nada las prebendas, privilegios, ni el confort de la sociedad consumista.
El hombre es destino de la muerte y viceversa”, refiere tocando este rema amoroso Jorge Boccanera, en “El poeta y la muerte”, Antología de poetas latinoamericanos.

De película
Tanto ha servido este motivo que las obras literarias han sido utilizadas por el séptimo arte, el cine, que tampoco podía quedarse atrás. Así vemos filmes como La resurrección de los muertos vivientes; Las momias de Guanajuato; La momia, La sociedad de los poetas muertos etc., en los que el tema es un poco más crudo.
Sin pretender irrumpir mitos y creencias, aún en la misma Biblia encontramos citas referentes al tema, como la parábola donde un discípulo muestra el deseo por seguir al Mesías, pero primero pide permiso para enterrar a su progenitor, ante eso, Jesús le contesta: “Deja que los muertos entierren a sus muertos”.(Mateo 8-22)
Eso podría interpretarse como la imagen de que si algo obstruye realizar un proyecto o seguir a Jesús es obstáculo para ello, lo mejor es liquidarlo –en el buen sentido de la palabra–. Y así encontraríamos en la Biblia más citas que contemplan el tema de la muerte.
Dicho tema se presta para mencionar muchos nombres: Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, César Vallejo, Nicolás Guillén, Vicente Huidobro, Roque Dalton, Rafael Góchez Sosa, José María Cuéllar y Alfonso Hernández.
También están Sor Juan Inés de la Cruz, Amado Nervo, Miguel Hernández, Claudia Lars, Raúl Contreras (Lidya Nogales), Santa Teresa de Ávila, Lope de Vega y otros que escapan a la memoria.

Nuestros ancestros
El tema tiene espacio en nuestros antepasados, quienes inventaban ritos para rendir culto a sus dioses, actos que no son espeluznantes de los guerreros en su sed de sangre, sino la repetición de los sacrificios que hicieron sus ancestros como Quetzalcóatl o Nanahuatzín, quienes entregaron sus vidas para dar nacimiento a la raza humana.
Así observamos indígenas que creen que los muertos aún no lo están, sino que éstos han entrado a un sueño profundo, razón por la cual les depositan en zonas sagradas; eso explica el hallazgo en tumbas de tantos objetos labrados: vasijas, puntas de lanzas y joyas preciosas.
Por ejemplo en Paraguay, los Guaraníes piden en sus oraciones que el muerto sea recibido por los Ñe’eng Ru (padres de las palabras).
“El cadáver del mbyá es conservado en cestos hasta su total putrefacción de la carne, y los huesos son lavados y guardados en un recipiente de cedro. Son conservados en la parte más importante de la población, porque serán nueva mente morada de hombres”, citan en su ensayo León CadoganyA.
López Austin. La Literatura de los Guaraníes. Edit. Joaquín Mortiz, México, 1970. También encontramos, en los municipios de Nahuizalco y Santo Domingo de Guzmán, en Sonsonate, El Salvador, a los indígenas que acostumbran –24 horas antes de la celebración del día de los finados–,llevar alimentos y chicha en tecomates a la tumba de sus antepasados, pues, de acuerdo a sus creencias, éstos aún están vivos.
Un poco más al occidente, en el municipio salvadoreño de Chalchuapa, en Santa Ana, los lugareños realizan una procesión, la cual emerge del cementerio general.
Llevan un ataúd en una carreta, le acompañan parroquianos pintados de blanco y vestidos de negro, quienes cargan velas encendidas en sus manos y recorren la ciudad. “Para ellos, el espíritu trasciende de la mortalidad del cuerpo, aquí lo que sucede es que el temor a lo inexorable les hace proyectar la idea de que el espíritu es eterno”, manifiesta Ovidio Villafuerte, filósofo y catedrático de la Escuela de artes de la Universidad de El Salvador (QEPD).
Lo anterior nos lleva a creer que a lo largo de la historia, la poesía alusiva a la muerte se mantiene fiel a un eje central, abordarla en todo el quehacer cotidiano es el reto. Dejemos pues, que sea ella, la parca, quien deje fluir su pluma en los poetas y permítanos dar una muestra de ello.
1/ Jaime Labastida. El amor, el sueño y la muerte en .la poesía mexicana. Edit. Novaro, México 1974. /2 Jorge Bocanera, El poeta y la muerte, Antología de poesías a la muerte. Editores Mexicanos Unidos, 1984. 3/ León Cadogany A. López Austin. La Literatura de los Guaraníes. Edit. Joaquín Mortiz, México, 1970.

Algunos poemas

¿POR QUE NO?

¿Por qué
no detenerme en esa esquina
y sorprender a la muerte por la espalda?
Claribel Alegría (Estelí, Nicaragua, en 1924)

CITA CON LA MUERTE
(Poema escrito después de los acuerdos de paz, de la guerra que se vivió en El Salvador.


¿Quien dijo que aquí no almorzó la muerte?
es cierto nosotros sentimos su taconeo
le jineteamos
le convidamos
aceptamos el reto,
pero ella
¡Por Dios!
olvidó la cita...

Luis Antonio Chávez (S.S. 1961) (Del libro inédito El poeta y la muerte al hombro)


ALGO SOBRE LA MUERTE

La muerte –tan eterna y verdadera–
Llega en silencio cuando está segura,
que ha de llevarnos a su casa oscura
y nos lleva de pronto a su manera...
No tengo miedo, no. Mi vida entera
fue lúcida experiencia en aventura
de un tiempo de dulzura o amargura
que debe terminar, cuando yo muera.
¡Qué ardiente corazón el que he tenido,
que guirnalda de amores me ha ceñido
y que fino lenguaje he derramado!
Si la muerte me llama, iré obediente,
dándole el pedacito de mi frente
donde he de hallar descanso bien ganado.

Claudia Lars (1899-1974)

LA DAMA GRIS
La Dama gris, la de las manos finas
y ojos color del tiempo, me acompaña...
En mi sed de ascensión, qué fiebre extraña
qué cansancio de luz, en mis retinas.
Aquí, soñando al pie de la montaña,
la Dama gris me envuelve en sus neblinas.
Ayer, un vuelo azul de golondrinas...
Hoy, un leve temblor de telarañas.
¿Y después?... Sólo sé que cuando el monte
se ensanche, más allá del horizonte,
mi sueño inútil rodaría en pedazos.
Y entonces muda, resignada, inerme,
igual que un niño triste que se duerme,
la Dama gris me tomará en sus brazos.

Lydia Nogales (seudónimo del escritor Raúl Contreras, (1896-1973), versos tomados de su libro Niebla)

AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mí ahora
a su afán ansioso lisonjera;
mas no des otra parte en la ribera
dejará la memoria, en donde ardía;
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a la ley severa.
Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.

Don Francisco de Quevedo (1580-1645)


MUERTOS

Para cuando la muerte con sus pájaros
de espuma negra brote de mi piel
para cuando mis huesos interroguen
al aire por sus jugos y mareas
y del ojo caído las raíces
eleven sus rituales desolados
para cuando ya sea el substituido
por los caminos el único que falta
para cerrar la cuenta de los pasos del día
tus palabras ahogadas seguirán animando
en tu cuerpo de plata la cosecha madura.
Al olvido tenaces dimos muerte completa
viajeros de la misma religión amorosa.


Roque Dalton (1933-1975)


DISTANCIA ENTRE UNA FLOR Y UN CADÁVER

Distancia entre una flor y un cadáveres
la que el niño piensa
cuando mira al padre muerto

Rafael Góchez Sosa



SÓLO LA MUERTE (Fragm.)


Hay cementerios solos,
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos.
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel al alma.
Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido sin perro,
saliendo de ciertas campanas,
de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto
o la lluvia.


Pablo Neruda
(Fragm).

NO ME AFLIHE MORIR

No me aflige morir: no he rehusado
acabar de vivir, ni he pretendido
halagar esta muerte, que ha nacido
a un tiempo con la vida y el cuidado.

Don Francisco de Quevedo (1580-1645)



SI HIJA DE MI AMOR


Si hija de mi amor mi muerte fuese,
¡qué parto tan dichoso que sería
el de mi amor contra la vida mía!
¡Qué gloria, que el morir de amar naciese!
Llevara yo en el alma adonde fuese
el fuego en que me abraso,
y guardaría su llama fiel con la ceniza fría
en el mismo sepulcro en que durmiese.
De es otra parte de la muerte dura,
vivirán en mi sobra mis cuidados,
y más allá del Lethe mi memoria.
Triunfará del olvido tu hermosura mi pura
fe y ardiente, de los hados;
y el no ser, por amar, será mi gloria.


Don Francisco de Quevedo (1580-1645)Coplas por la muerte de su padre


Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor; cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado fue mejor.

Jorge Manrique (1440-1479)

domingo, 8 de noviembre de 2009

Para inmortalizar tu nombre completo

Luis Antonio Chávez























Para inmortalizar tu nombre
(Antología poética)




































© Para seguir cantando
© Luis Antonio Chávez
© La Cabuda Cartonera
Selección de: Luis Antonio Chávez
luischaveznews@yahoo.com
Foto de portada: Luis Galdámez
Contraportada: Luis Orellana
Concepto de portada y diseño:
www.lacabudacartonera@gmail.com
























Para inmortalizar tu nombre
(Antología poética)














“El alma se me vuelve toda oído;
el cuerpo se me torna todo llama”
Alice Larde de Venturino

“Te hablo en el idioma
de silencios graves”
Francisco Álvarez Hidalgo

“Poesía amarga, hermosa como la muerte
mujer de fuego”
Carolina Arévalo (Chile)















A ti mujer, costilla de mis anhelos
que sembraste la esperanza
y, como un vaso de vino
se condensó, por lo que hoy te lo entrego
en un ramillete de versos

A mis retoños
Luis, Marlon y Katherine Michelle
con quienes se prolonga mi existencia…

A Danilo Umaña Sacasa
por darse a la tarea de leerme

Índice

Título Pág.
Dedicatoria
Prologo
Voz clarividente
Una mano amiga
Sin titulo
Testimonio II
Tomaré tu mano
Retazos
Confesión de invierno
Doce meses
Una aventura
Aprendizaje
Orgullo
Sangre viva
El tiempo… mi medicina
No hay razones
Testimonio
Soledades
Si no tuviera un verso
Para decir te amo
Sistema Morse
Coloquio
Como barco a la deriva...
Como olvidarme de ti
Como un ritual
Cosecha
Niños mendigos
Limpiabotas
El vendedor de periódicos
María la Loca
Amor inédito
Como olvidar tu aroma
¡Calla!
Yo no quería amarte
A la deriva
Junio
Ofrenda
Te doy este cafetal en flor
Evocando tu mirada
Evocación
Sueños
Sujeto y predicado
Tiempo al tiempo
Cuando nos unimos
Me sé de memoria tus colinas
Soliloquio
Amémonos
Desnudez
Escarcha de mis días
Finaliza marzo
Diálogo frente al espejo
Pequeña elegía para Dulce María
Desgarramiento
Si te hubiese conocido ayer,
Aunque el tiempo pase

Voz clarividente
“Todo amor se resume en una rosa”
David Escobar Galindo


Cuando escribí el verso de noche era
y perfilé con pureza su acometida;
era verso de amor, que en la pradera
aprendía en silencio lo que es la vida.
Mientras la poesía apremiante exigía
que plasmara lo que la primavera
sombría presagiaba, y en su melancolía
ahí estaba, no era una quimera.
La noche cómplice entonces sonreía
veía el viento bailar en soliloquio
mas no sabía que eso era poesía mía...
Mas al comprenderla; el país estoico
hilvanaba la espesura de la noche oscura;
mi voz, clarividente, era poesía pura.


5:00 p.m.
28-12-99
Una mano amiga
A don Francisco Villarreal


No recuerdo con exactitud
el día que llegué a su oficina
voceando el diario para ganarme el pan
mientras el cielo amenazaba
con una lluvia en pleno verano.

Don Francisco
con su piel acanelada
y un corazón inmenso
que no cabía en su pecho
acudía a mi auxilio
sin esperar nada a cambio…

Recuerdo que me ayudaba
-él de corbata y sonrisa afable
yo, de pantalones cortos y remendados-
a vender el diario en la oficina.

Previo a la taza de café me decía
-Aja Kalimán, que me cuentas ahora-
y yo, orgulloso
le mostraba mis incipientes versos
que él leía con fruición
y alimentaba mi ego diciendo
-están bonitos-
y yo que un día publicaría un libro
cumpliéndose la utopía
de aquel aspirante a poeta.

Un día me lo encontré
cerca de la oficina de correos
-por el Centro de Gobierno-
y como dos grande amigos
hablamos largo y tendido
sin importarnos el movimiento de autos
el claxon de los autobuses
ni las agujas enmohecidas de mi reloj
después de tres décadas sin verle.

Fue un día nublado –como hoy-
él venía de la universidad de dar clases
yo iba al banco a depositar mis ansias
para que mi hija se prepare al futuro.

Don Francisco
lleno de emoción lloraba
-así era cuando se emocionaba-
y me decía –la hicimos Luis-
cuando le dije que era periodista
y había publicado varios libros de versos.

Mientras plasmo esta reseña
se me nubla la vista de emoción
al recordar a don Francisco Villarreal
-un ex sacerdote con un corazón inmenso
que no le cabe en la palma de la mano-
porque lo entrega
–como Dios lo hizo con el maná
en las bodas de Canaán-

Tome este verso don Francisco
son huella de una infancia bien vivida
-aunque fuera vendiendo el diario-
pero en él entrego mi corazón
como usted lo hizo
en una época donde el pan
faltaba a mi mesa…



Luis Antonio Chávez
Agosto 31 de 2009

Sin titulo




Yo sentía, mi bien, algo muy dentro,
era fuego que en la sien quemaba;
su calor, en silencio, tenía epicentro,
cual cascada de luz que se filtraba.

La busqué entre los ruidos, ahí estaba
el centro, pero en mí había quien guiara
cada latido del corazón. ¡Me acercaba!
¡Era Dios que la maldad de mí alejaba.

Ahora comprendo su misericordia,
mi bien, el Señor nunca desampara;
lejos de eso, nos aleja la discordia.

Porque en él habita el amor, es lámpara
que guía al hombre por el camino del bien.
¡Señor, yo quiero tu visita también!



6-5-99
Testimonio II



Yo aprendí de la vida sus penurias,
los días para mí eran quimeras:
de niño lustré calzado, ¡fui obrero!
sin embargo, Dios me dio la gruta
a seguir… De mi cuna humilde
no me quejo, al contrario, aprendí
que el pan debía ganarlo con la frente,
y eso, es honra que llevo en las venas.
A mis padres doy las gracias, no es fácil
aprender, sin brújula, a guiar el timón
del tiempo; la pobreza lleva sutileza
de hacerte tragar lágrimas y alegrías:
Dios supo compensar con entereza
con que te guiaste en la vida compañero.




25 de agosto de 2001

Tomaré tu mano
agosto 13 de 1976


cuando un soplo de viento te distraiga,
yo tomaré tu mano y diré: eso es bueno.
pero no dejes que a tu alma le caiga
hojarasca ni ráfagas de algún trueno.

no dejes que arrastre contigo el viento,
porque cada aurora trae visiones nuevas,
y lo que ahora te llena de resentimiento
desparecerá, reinando la calma en tus venas.

quizá ahora te encuentres muy distante,
de agradecer a la vida el que existe silencio,
pero al ocaso no habrá quien espante
la quietud que encuentras al pasar el viento.

si observo que el viento te distrajo y adquiriste
el temple que necesitabas,
también tomaré tu mano, porque lo que aprendiste,
era lo que tu alma y el corazón no esperaba.

porque cuando el viento desaparece,
lleva en su simiente:
rencores, dudas, escozor y cizaña...

Retazos
a David Escobar Galindo
cuyo libro "Los6 jazmines heredados"
inspiraron estos versos



¿Dónde está la infancia no vivida,
su eco ardiente que mi ser reclama;
seguro fue albura y por ser llama
se quedó en una sensación escondida?

¿dónde está la camisa desteñida,
su fragancia ingenua en niñez ufana,
aquel barco de papel que por las mañana
me hacía viajar con melancolía?

¿dónde vuelo de gorrión por la mañana?
dónde el pregón de Erick, el canillita?
¿por qué la nostalgia, si fue infinita
la sonrisa alegre de María Susana?

¿Dónde fue?, ¿qué se hizo la Jacinta
que ayudo a mi madre con las tortillas,
aquella mujer humilde que no cabía
con su cuerpo y hablar sucinta?...

¿Dónde esta el juguete de mi hermano,
el barrilete de mi primo Antonio,
será que el pasado no es matrimonio
pues lo moderno te vuelve ufano?

¿Qué fisura se ha resguardado?
¿porque esta nostalgia me apremia?
Tengo sed, el evocar es calistenia,
para el hombre hurgando en su pasado.

¿Por qué será que vuelven los retazos
de recuerdos burdos a mi memoria?
Si la infancia que viví ya es historia
y por eso no estirare el antebrazo.

¿Por qué será que al llegar la siesta,
vahos recuerdos se escapan de mi memoria?
pero no me olvido que allá, en la floresta,
la hierba crece y es parte de la historia.

¿Qué busco con este apremio impoluto?
¿Porque la nostalgia a deshoras?,
veo el retrato de mi padre, pero la hora
me recuerda que el verbo se vistió de luto.

La historia con creces me ha renovado,
aquel barco de papel que para mi era un sueno;
mi ser reclama con fuerza ser sureño
pues el Norte a Latinoamérica ha apuñalado.

Mi madre me recuerda, Luis Antonio, la vida
es aroma de "Jazmines heredados",
al hombre -martilla- a veces le es dado
un don, pero al andarlo se causa una herida.

Lo que queda del tiempo es historia,
camino lerdo que a mi alma le imprime
espacios de luz cual retazos de memoria,
vivo lo que vivo y no me reprime

aquella nostalgia que aun vibra en mi,
pues aprendí a soportarla con su fuego.
Doce meses del ano, de diciembre a enero,
ya son historia escrita, pero lo viví

con la pureza del girasol y la limpieza del río.
El invierno llegara, de eso no me cabe duda,
si el hombre hurga en el, tiene libre albedrío,
¿por que debo mantener esta pluma muda?

Señor, la modernidad es una cornisa,
se aviene, ¡no la quiero!, pues al pasado
entierra, sin embargo, tu me has ensenado
que contracorriente aun existe misa.

Amigo, lienzos ignotos se ha prendido -claro-
de un ayer que a la sombra ya carcomieron.
Calzón de manta ya no ves… se murieron,
el tecomate, la cuma. Hombres preclaros

entierran en su ignorancia sus raíces.
Si me dices agua, aprendo a cantar el alba,
si me dices yunque, no achato mis narices,
aunque pretendan ocultármelo a mansalva.

Vahos recuerdos siguen el mi cual escaramuza,
Mas comprendo que la tarde ya declina,
Mi tiempo vulnerado, dio vida a la musa,
Aunque el amor que entregue me causo una herida.

Hoy veo el horizonte. Tres retoños lo confirman,
nunca fui un santo, ellos seguirán mi huella,
sabrán que viví con intensidad y una estrella
iluminaba mi vida. ¡Señor, saca de mí la espina!




1994


Confesión de invierno




He trajinado como una saeta,
los diferentes linderos de la huerta;
lo que no he visto a mi alma le inquieta,
pues ignoro que nos oculta cada puerta.

Y en esas calles de mi vida ya distante,
he visto de tristeza llorar a un ciego.
¿Qué misterio se oculto en ese instante?,
lo ignoro, pues de la vida sólo soy labriego
que no busca aquello que le espante
y al dolor ya no le demuestro el miedo.

Cuando es justo callo y oculto,
de los seres esta infancia ya vivida,
pues sólo a ella le rindo el culto
que ilusionó a mi alma y engalanó mi vida.

Y así he visto en lo profundo de mis sueños,
el misterio que me va deparando la vida;
cuando es justo he tenido que fruncir el ceño,
pues en mí hay una antorcha encendida,
que me ha hecho ver con mucho empeño
lo bueno y no lo malo de la vida.

Transportando en el tiempo mi existir
he querido hacer una breve reseña,
¡amigo!, que no te espante este decir,
porque la vida a todo nos enseña.

Y aunque a veces lucho contra la adversidad,
en el huerto encuentro lo que siempre he querido,
al tiempo no le demuestro aspaviento,
ni aunque en sus enaguas me haya guarecido,
porque el tiempo perdido lo llora el muerto
y mientras viva, a Dios estaré agradecido.



1982

Doce meses



Tengo fe que un día la tendré a mi lado,
aunque por el momento su amor exija;
que recuerde si quiere que nuestra hija
debe crecer junto a su padre amado.

Pero también que sepa que la espero,
como ver caer la lluvia después del verano,
que su presencia extraño, pues soy humano
y por su amor vivo porque la quiero.

Doce meses hace que me dejó anclado.
El tiempo, como la iglesia de Santiago,
en silencio tañe su campanada.

Fue un domingo. Llegaba del mercado.
El golpe fue certero y muy angustiado,
-dije- ¡yo la amo y me quedé sin nada!




6:20 p.m. (17-3-9)

Una aventura



La noche que te amé fue una aventura.
Mi boca se pegó a tus pechos. ¡Qué ironía!
la casa se iluminó como en el día
y al lactar de tus ánforas fui una criatura...

No niego. Inició la noche muy oscura,
pero toqué tus ánforas, tu lozanía
se fundió con las manos mías; hechicería
fue... pues en tus muslos puse la bravura...

Deposité la savia que contuve
durante largo tiempo... hoy es el motivo
de mis desvaríos... amor vuelve al camino...

regresa por favor, la razón del ego
eres tú, pues sin ti camino ciego...
Truncaste la razón de lo que tuve.


Aprendizaje



Al roce de los cuerpos eché lumbre.
No hubo tiempo de llamar a los bomberos;
despacio nos apretamos. Sin sombreros
abanicamos el espacio como en una cumbre.

El calor era intenso. No era costumbre,
pues afuera, el invierno, furioso, crecía
sin miramientos. Mi cuerpo apetecía.
¡Vamos! -decías- que no se apague la lumbre.

Por cada espasmo, el lecho se estremecía...
y el sudor de nuestros cuerpos desprendía
hasta formar un río en aquella escena...

Ese día no hubo tiempo de hacer cena,
pues juntos saciamos lo que queríamos
Mujer, sin saberlo, a amarnos aprendíamos.



Orgullo
A A. R.


Ignorante eres al decir que mi pluma,
si se yergue no es más que un filazo
el que da y luego se agazapa; ella es una
que a las dádivas huye y también al abrazo.

No es que no sepa donde cae el estacazo,
ni la cizaña que todo lo destruye;
sucede que mejor se resguarda y huye
del que finge amistad y pronto da el zarpazo;

del que agita sus alas y te extiende una mano,
pero con la otra, como ya lo hizo Judas,
hace señas para delatar al hermano.

Por eso, acostumbrado estoy a sus deslices,
y a las prebendas les huyo. Sí, es muda
mi pluma, pero no achato mis narices...


Diciembre 8 de 2006 (8:40 a.m.)

Sangre viva




Que no diera por mostrarte amada mía,
este canto universal que ya no es mío,
si te digo el verbo, tiene melancolía,
y no puedo gritar al viento este vacío…

Pena que no la quita ni la quina,
ni el médico que ya sacó una maestría;
-vente-, digo, y no llegas a la esquina
mas en mi pecho hay mucha melancolía.

No es que no quiera contarte mi verdad,
que mi pecho se agita con tu nombre,
y mi voz, cual barco, va a la deriva…

pensándolo bien, qué importa la oquedad
que hay en mí. ¿Sabes?, soy el hombre
que de tu ser saca la sangre viva.



2:30 p.m.
14 de agosto de 2008

El tiempo… mi medicina



Cuatro meses pasaron sin sentirlo,
desde que tu abandonaste nuestro hogar;
te llevaste mis sueños… puedo decirlo,
mi corazón, mudo, volvió a despertar.

Mas el tiempo es la mejor medicina,
he aprendido a valorarte como mujer;
de aquello, en mí, no queda ni la quina,
seguro estoy, el mirto empieza a florecer,

porque si bien, al rosal se le cayeron
las hojas. El clavel me dio su aroma.
¡El día tiene su virtud, al atardecer!

Me confieso afortunado. El tiempo asoma.
Las mariposas a mi casa ya volvieron.
Sé que las rosas volverán a florecer…



22-7-8

No hay razones
A F.E.


La semana, mi bien, tiene siete días,
y el tiempo en sus enaguas se la ha llevado;
sabe a decantamiento, pero la poesía
también, sin quererlo, se ha ocultado…
¿Cómo fue?, no preguntes las razones,
porque me sabe a pavesas muy lejanas.
Quise detener el tiempo, sin pasiones
y me encontré con tu amor cada mañana.
No fue el amor el que faltó a la cita,
de eso tú puedes estar más que segura,
pues al contrario, con tu verbo resucita
la poesía -tampoco existe amargura-
pues te tengo a ti y tu presencia empalma
cada verso de amor que brota del alma…



S.S. 28-4-99

Testimonio
“Sólo quien no se confiesa así mismo
no sabe ni siquiera hacia donde va”


La daga que clavaste en mi pecho
aquel dieciséis de marzo golpeó fuerte,
partió en pedazos mi corazón
y por el suelo, el sueño, la ilusión…
Hubo un momento
en que creí que mi vida ya estaba formada;
que no tenía que buscar la semilla
tú, mi hija y yo, éramos una familia
más tarde comprendí lo errado que estaba,
ese domingo negro fue como una puñalada,
trabajé tarde, y alegre volvía a mi hogar,
mas no sabía la traición que me esperaba…
De aquello ha pasado un mes
y quizá aún no comprendas
pues tu capricho cegó tu visión escasa
y la razón de vivir tras la contienda.




11:30 a.m.
15-4-8



Soledades




Si yo pudiera, amor, expresar ahora,
el vacío que siento en el alma entera;
supieras muy bien, que mi ser implora,
estar siempre a tu lado ¡todo lo diera!

Es que amor, aquí no hay ninguna respuesta,
y la soledad, fuerte, se vuelve hastío;
tu amor necesito, no cierres la puerta
a mi alma, que sin ti, siente mucho frío.

Tiene sed de tus besos y te añora.
Querube, el tiempo sin ti, me castiga
y verte quisiera en el umbral ¡ahora!…

Porque tiene que ser así la viga,
Amor, llena mi vacío, ven un beso
dame. Ven a mí, me siento preso.

Si no tuviera un verso



Este verso que ahora me persigue,
cual rayo de luz de mi pensamiento,
se cuela despacio, ¡es sentimiento!
me vanaglorio, pues ignoro que sigue.

A veces es de amor y se vive,
como remanso, ¡tiene epicentro
en mí!, mas cuando busco el centro,
es filosofía de quien lo escribe.

Vaya, que hoy sí estuve certero,
y la filosofía se fusionó,
desde diciembre hasta en enero…

quise esquivarlo, pero exhortó
a mi pluma para que desistiera;
sino tuviera un verso, ¡falleciera!

Para decir te amo



Bastará
con robar
el polen de tu sonrisa
y al brillo de tu mirada
embrujarla
con el néctar de mis besos…

Sistema morse




Hace unos segundos
le pregunté a mi corazón
que si aún latía
y me respondió
con un latido
entonces interrogué
si era tu alma o la mía
contestó con dos toc toc
comprendí que tu alma y la mía
una sola eran…

Coloquio




El diálogo empezó
cuando nos despojamos de inhibiciones
dejamos los miedos
en la percha del tiempo
las palabras se quedaron cortas
e iniciamos un coloquio
con nuestra piel
que aprendió
la comunicación de los suspiros...


Septiembre 2002

Como barco a la deriva...




Un pétalo de tu boca
es mi deseo
me acompaña
y me quedo
a
l
g
a
r
e
t
e
cual barco a la deriva...



Como olvidarme de ti




Si conozco de memoria
los latidos de tus dedos,
si en el silencio, tu boca
hilvana el eco de mi voz
si mi cuerpo
urge
de ti
al caer
la
noche...




1:55 P.M.
DIC. 3/2007

Como un ritual



Mujer
deja que me beba de tus labios
el cáliz y con mi lengua
recorra -como un viejo ritual-
cada espacio de tu cuerpo,
y que importa
si dentro de nueve lunas
una voz infantil
me nombre papá.




1:55 p.m. San Salvador, lunes 3 de diciembre 07

Cosecha



Reguemos la semilla
para que el fruto nuevo
salga fortalecido
y así arrullemos el alba
como aprendimos a hacerlo
cuando nos conocimos...



12:09 p.m. Diciembre 1/07

Niños mendigos




a la puerta ha llamado
un niño sucio y harapiento
pues el hambre ha formado
un dolor en su sentimiento.

toca incesante cada puerta
buscando con ansias su alimento
¡que ironía! el ser no la encuentra
y brotan lágrimas del hambriento.

día y noche en los portales
añora en silencio una caricia,
el verano y las brisas invernales
su dolor ha convertido en sonrisa.

¡ay, niños mendigos!
pronto llegará un nuevo día
seguirán ustedes como peregrinos
buscando el pan sin alegría.

Limpiabotas



Sus pies desnudos
cruzan las calles asfaltadas
a temprana edad
recoge historias prohibidas
para sus ojos...

El no sabe de relojes ni de luceros
ni del pájaro que le canta a las estrellas
pues de niño pasó a ser adulto
al crear con el lustrado
los míseros ingresos económicos...

Limpia calzado
en bares y parques de la ciudad
y en sus trémulas manos muestra callos
frente al desdén de ciudadanos
que con fragancia a lavanda
olvida su condición de niño pobre.

Aterido en los portales nauseabundos
su melena cubre una faz mugrienta
La Dalia sabe de sus quejas cotidianas
esparcidas en el silencio de la noche.

Una mueca de sonrisa se dibuja
al recibir en sus manos las monedas
y aunque la pólvora ha cesado
y el tiempo se detiene en sus ojos
su cara maquillada de betún
recorre los parajes pueblerinos
bajo la aurora gris
que invade nuestro cielo.

El es el verbo
sobre el vaho caliente de las calles
sin una pizca de esperanza para sus sueños...

El vendedor de periódicos
a Julio C. Martínez



Cotidianamente lo encuentro
en alguna esquina del parque libertad
lo he visto alzar la voz, la lleva el viento
y aquellos periódicos que vende al pueblo
lo hace para ganarse el pan...

A tempranas horas él se despierta,
serán las dos o tres de la mañana
una fuerza ilusoria va y encuentra
su eco, pues lleva dinero honrado a su nana.

su peor enemigo es el tiempo,
no le importa, siempre alza la voz,
abriga en el alma un sentimiento
una plegaria al Creador, son amigos lo dos.

La prensa, las noticias les llevo hoy
desde el aurora hasta el atardecer
con ustedes siempre estoy...

¿Quién será ese humilde ser
pues simboliza a la gente mía?
seguro continuará otro amanecer
alzando la voz, irradiando la alegría…

María la loca



María la Loca se ha entretenido
zurciendo sombras vacuas, austeras,
ella vive una realidad efímera, placentera,
María la Loca hace años que perdió la cordura…

María Saturnina de los Siete Mares
no conoce la pena ni el tiempo;
dicen que una noche de lluvia
se le iluminó el cerebro y se quedó
platicando con seres imaginarios…

Aquella noche nefasta se le nubló la vista,
y desde entonces se baña con la lluvia;
María la Loca ahora zurce sueños y ajuares
María la Loca no conoce del tiempo
hace años que vive su efímera realidad…


25 de agosto de 2001

Amor inédito



Ven, siéntate a mi lado
que hoy necesito compartir contigo
este aroma a flor selvática que se esparce
y nos envuelve en el grácil silencio de la noche.

Ven, que hoy quiero asir en la mente
tu voz impregnada de ternura, el hechizo de tu mirada,
y el color rosa de tus mejillas, porque estando a tu lado
no existe ni existirá ningún ruido mundanal que perturbe
contemplarte toda, serena y taciturna...

Ven, que deseo saciar la pasión inédita del amor,
necesito compartir contigo el lenguaje titilante
que frenético hipnotiza a mi alma
bajo el suave verdor de primavera.

Ven, porque ahora ensayaremos una forma
diferente de amarnos, sin inhibiciones, en este lugar
y alejados del mundo exterior, pues junto buscaremos
compartir la ambrosía desatada en nuestros cuerpos.

Ven, que el mañana es como música prolongada del espíritu
y no habrá aurora, ni ocaso, que perturbe nuestras vidas,
mas que sólo la atmósfera que nos envuelve,
las suaves caricias de mis manos
y el néctar de tus labios que me hipnotizan...





Febrero de 1988

Como olvidar tu aroma
a Esther



Como olvidar tu aroma,
tu fragancia de gacela inquieta,
el rubí de tu sonrisa
este amor creciendo
en mis costados.

Cómo olvidar
este sentimiento
surgido desde la hoguera...

Cómo perderme en paradigmas
en filosofías que nos llegan
desde el horizonte
si tú eres el verbo,
la pasión inédita
la razón del tiempo en mi diario vivir...

¡Calla!




¡Calla!
-no digas nada-
deja que en silencio
pueda arrancar de ti
este adiós que nos duele.

Guarda silencio
por favor -no digas nada-
que las estrellas ignoren
este mutis de despedida
deja que la tenue brisa
confabule contra el amor
que nos juramos un día;
porque entre tú y yo
siempre sucedió eso
una locura de amarnos
sin más sonidos
que el palpitar
de nuestros pechos...

Vamos
es preciso que reinventemos
otras formas de amarnos
aunque al final
volvamos a decirnos adiós

¡Calla!
que este silencio
que ahora nos consume
no es más que una muestra
de los ECOS DE UN ADIOS...

Yo no quería amarte




Yo no quería amarte, mujer
porque veía una luz tenue más allá de mi mañana,
por eso anduve a tientas recogiendo rocíos veraniegos
pues temía que mi corazón se abriera hacia ti,
mas hoy cuando veo el bus aquél
que me llevaba a Santiago Texacuangos,
lanzo una mirada y me digo -una vez más-
yo no quería amarte,
más ahora ya es tarde,
y en vez de rocíos mañaneros
arranco de un tajo las horas del calendario...




4:45 p.m.
(30-11-08)

A la deriva



Debo esconder de ti mi corazón,
no vaya ser -con la suerte que tengo-
que otra vez me quede a la deriva
y termine recogiendo frases huérfanas
en el tic tac de mi reloj…

Debo guardar de ti mi corazón
aunque con los años continúe amándote
y arranque de un tajo las hojas del calendario,
los días, los besos, los adioses…
incluso, los "te quiero" de aquellas tardes.

Debo ocultar de ti mi corazón
aunque él, como un niño que descubre el mundo
te vea llegar y salga a tu encuentro
y te pregunte, ingenuo,
¿qué me trajiste?

Debo cuidar de ti este mi corazón
pues temo, que a tientas
otra vez me quede a la deriva…

3:15 p.m. (10-12-08)

Junio



Junio
me pareció eterno
humedeció mis labios
con sus gotas cristalinas…

La lluvia llegó nítida
a los costados de mi patria
enterrando en su cimiente
al mes de mayo
impregnado de rosas y claveles..

los días, furtivos,
mancharon las endebles calles
y los callejones, con sus abedules,
inundaron de soledad
los andenes de una ciudad
marchita por el tiempo…

Junio me llenó de sueños
caminé por los barrios
y la conmemoración
del aniversario -en mayo-
manchó en el tiempo
mi calendario…

Junio
se tornó insolente
y añejó en mis sienes
cada minuto
espetó al viento
que caminara conmigo
hacia el horizonte
de tus besos…

Junio
me encontró
con la desnudez del verbo
y la ausencia de ti…

Junio
caviló en un ayer sin rostro
donde aceché con mis sueños
la luz que invocaba la sonrisa
de los pájaros…

Junio
me vistió de ensueños
y surgieron ausencias
cuando llegó la noche
que iniciaría el mes de julio…

Junio me dolió en el alma…

Querube,
¿Dónde estabas?

Ofrenda



Aquí están mis sueños
tómalos
son testigo mudo
que cifró el tiempo
en el que sobrevivimos...
son confesiones
-guardadas hace días-
cuando la soledad no era
si no un paso
hacia el infortunio...

Aquí están
el susurro de voces escritas
en pos de un mañana diferente
un canto
cumpliendo la voz de mis abuelos
él lleva la fuerza de la arcilla
legada por el dios sol
que supo de nuestros anhelos...

Te doy
la flor de mis recuerdos
la luz de un mañana
que supo descubrir lo precoz
de este tiempo
en el que nos sumergimos
sin más esperanzas que los sueños...

Te doy este cafetal en flor



Te doy este cafetal en flor
testigo mudo de nuestra entrega
las hojas
guardadas hace tiempo
cuando fue más cruenta la soledad
el viento amigo
que nos acompañó
tras la persecución ciega
de la pólvora
que pretendía
ahogarme en este infierno.

Te doy
este sopor intenso
que sitió
cada palpitar de nuestros pechos
este manantial
que a borbollones
anhelaba otro sol
bañando la piel
imantada de ilusiones...
este cafetal en flor
con savia iris polen y pistilos
porque ella se aferró a la vida
y supo desquebrajar auroras
por la brillantez de la luna
este sueño agigantado en los ventrículos
los recovecos de cada paraje
que endurecieron cada lustro
anhelando el otrora aroma
de los jazmines...

TE DOY
mi vida
porque ella se aferró de raíz
soportando vendavales apocalípticos...

Evocando tu mirada



En este abril
cuando la brisa de marzo
no está conmigo
he recordado el brillo de tu mirada
que acechó en las esquinas,
mientras mayo,
furtivo y sediento
se reía de un junio
cobijado entre sombras...

En este julio
los luceros inventaron el amor
que febrero olvidó
atendiendo vitrinas
expuestas al mejor postor
aunque agosto, en silencio
conspirara contra el amor
que le heredó el vecino del norte
como si la ternura
estuviese confinada
al mercado de tus ojos...
Ah, pero no me hables de septiembres
conmemorando la flecha y el arco
de falsos profetas independentistas
que usurparon la quietud del alba
porque no podría soportar
el desdén con que octubre
celebró con pompas
la llegada de "hallowing"
insertado en las venas
ya que noviembre y sus nostalgias
rompió en sollozos
por la presencia de la parca
cuando un diciembre
aletargado y campante
se atiborró del canto
de un jilguero...

Qué harías tú sin un enero
que se vistió de gala
cuando la radio
musitaba con algarabía
que un abrazo de un diciembre le bastaba
para poblar de dicha
el brillo de tu mirada
¿Y tú, mujer,
qué hiciste con el cántico del amor?
si la alegría del unicornio
allanó las callejuelas y en la soledad
al aposento de tu nombre
le faltó mi corazón...

Evocación



Hoy te pensé
como lo hace un corazón enamorado
te pensé
en las esquinas del tiempo y sus rocíos
pero ¡que va!
sólo brotaba tu imagen aen mi subconsciente
estabas ahí
prendida a este corazón
que es tuyo y mío
te pensé
como el aurora que añora la llovizna
te pensé
cual gaviota que en el estero
vive su libertad
pero quise... al observarla
que también tú fueras libre
para amarnos en completa libertad
sin más testigos
que los grillos con su serenata...



UES, septiembre de 1988

SUEÑOS
a Esther



Se quedaron los sueños
prendidos en la antorcha de la vida
y aprendimos a amarnos
sin complicaciones ni sones
sólo con el vaivén de las olas
y este cántico añejo.

Nos quisimos
sin artificios prendidos a los sueños,
y tu lozanía
hizo que te cantara sin aspavientos
sabiendo que eras mi octubre
y los sueños conocían realidades.

El tiempo se detenía junto a las nubes
las flores y su aroma fluía
mis besos eran para ti y no había
espacio en que no supieras del amor
crecido desde su cimiente...

Ahora le canto a mis sueños
a ti mujer hecha de arcilla y fuego
pues en ti encontré la "raíz del canto"
un febrero que olía a jazmines y veranos...



Planes de Renderos 2003

Sujeto y predicado




Cuando digo que te quiero
tú siempre dudas de mí
sé que no soy un ángel
pero no puedo ser el Judas de mis ansias
porque a veces me voy por las calles
y veo muchachas con olor a sándalo
entonces, me digo
mi amada lo es todo
y en ella me desvivo a ojos cerrados
porque cuando estoy a su diestra
no hago más que platicar de versos
mientras ella arremete con sus símiles
y que el sujeto y el predicado
son el complemento de nuestro amor
entonces, me digo,
si la hipotenusa es igual
al coseno y a la raíz cuadrada de mi pecho
para que quiero más faldas
si el perfume de su cuerpo
me sabe a esos cantos
escritos en el cosmos...


9:45 a.m. (15:05:05)

Tiempo al tiempo
10:15 a.m. (3-sept.-04)


Ah, mujer
que me diste tus pétalos
de alas rotas
que yo intenté reparar
zurciendo uno a uno
los hilos que unían nuestra sangre
a ti llego
cansado del gendarme
que pisó mis talones
a sabiendas de que la palabra
no es presa ni se amordaza
y te pido
-junto a este carmín-
que no desmayes
pues el tiempo viene pronto
y no habrá ocasos
que cierren las aldabas...
por eso, ah, mujer
hecha de “arcilla y fuego”
permíteme hundirme
-unos segundos- en tu pecho
que mañana
quien sabe si podré hacerlo...

Cuando nos unimos




Despertamos como un volcán.
Lanzamos dardos
que iluminan la casa
Descubrimos pentagramas
y en esas grutas...
nos vemos como Adán y Eva
sin más testigos
que el tic tac de nuestros pechos
mis manos
son tentáculos
para asir de todo
hasta penetrar a tus colinas
de donde retorno
como Aquiles
a entregarte de nuevo
el códice de mis deseos...


10:20 a.m.
S.S. 27-12-7

Me sé de memoria tus colinas
“Puedo ahora recrear
tu cuerpo en mi cuaderno..”
André Cruchaga

Cuando me hablas con el lenguaje del silencio
entiendo que quieres despertar mi alma,
mas yo, aprendiz de Juan Tenorio,
me dejo envolver por tus suspiros,
pues comprendo que el tiempo apremia
que debo beber, a sorbos, el cáliz de tus poros,
tengo que hacerlo antes que la noche crezca,
y los gatos maúllen hasta despertar a la niña
a quien -después de la contienda-
arrullaremos con todo el amor del mundo
y haremos de caso
que en nuestro lecho
la vida se evaporó en el silencio...




10:00 a.m. 27-11-07

Soliloquio
“Me dejé mojar por tus saetas”
Otoniel Guevara


Cálmate mujer,
no corras ansias
que la noche inicia
y el cielo trae en sus rodilla
las centellas mojarán nuestra ropa
y podría ser,
si te descuidas un instante,
que este amor que nos trae de un ala
convierta el espacio en un polvorín
y encontremos,
al fin
el clímax
tan esperado...



10:10 a.m. 29-11-07

Amémonos




No es preciso esperar el alba
para que nos amemos;
usurpémosle a nuestro cuerpo
la ambrosía urgida de amor;
bebámonos el néctar
que armonioso se agita en nuestra lengua;
emerjamos palmo a palmo
cada milímetro sollozante de ternura...
que no nos importe el tiempo
para convertir el lecho en un polvorín;
sintámonos uno al otro
quiero que seas mía
hasta beber el polen
desprendiéndose de tus poros;
quiero sentir tu temblorosa piel
que a gritos pide la exploración sublime
hacia la gruta inhóspita del clímax...
dejemos que las manos
crucen los ríos prohibidos;
que no haya inhibiciones
porque el tiempo apremia
y este verbo no entiende de fronteras
cuando se trata de descubrir
ese mar con sus oleajes y caracolas,
pues la brisa, ah, la brisa
no hace más que atizar el fuego
que crece en las entrañas...

Ingresemos al olimpo
que no nos importe el mañana
porque tú y yo somos ángeles
en este fuego que nos asalta día a día...
Mañana, si amor,
ése no existe en nuestros cuerpos
que ya aprendieron la comunicación del alma...


abril 20-04-05 (7:30 a.m.)

Desnudez




Estas manos
que han recorrido
cada esquina
de tu cuerpo
retornan
para decirte
que la palabra
nace trémula
cuando tú desdices
la fidelidad
de la oruga
y sólo crees
que la luna
sabe
la hora del unicornio...
este castillo
ha sabido fundirse
con tu sangre
y ha comprendido
la congoja de los años
por eso
pese a la llovizna
confiesa a viva voz
que su cuerpo
sólo es tuyo
y te entrega
la luz del nuevo verbo
pues aunque caigan
otras trincheras
a la diestra del Padre
ahí estaremos
para hacer cumplir la palabra
y la promesa
con que nos fundimos...



10:13 p.m.
Sept. 12/04

Escarcha de mis días




Por más que busco en las rendijas de mi alma
un espacio donde depositar mis ansias
el viento baila compases que no llegan
ni a desvelar la ceniza que me seduce.

¿Sabes?
este corazón cobija añoranzas
y en silencio te atrae
aunque sabedor está
de que el cuarto que habito
no conoce del aroma de tu piel
ni de la sonora risa
que me sedujo…
Y aunque mi corazón
presiente que ya no volverás
te vive cada segundo
con la agitación de un cervatillo
recién salido del vientre de su madre…

No niego, amor
que estas ansias por invocarte me persiguen
como ver caer la lluvia en pleno junio
o recordar la noche en que nos unimos
hasta iluminar el cuarto
sin más testigos que los grillos
que pusieron serenata a mis suspiros.

Si,
hoy comprendo
aquella noche deposité en tu vientre mi savia
y después de nueve lunas
Dios hizo prolongar mi sangre
hasta oír una vocecita diciendo papá…
sin embargo, hoy
hundido en esta soledad que me acompaña
bebiendo en silencio una botella de vino
traída de la tierra de Juana Pavón y Clementina Suárez
no hago más que recordarte y gritar
esta congoja pegada a mi pecho,
este decir sí al amor que me encadena
y como el barco anclado en alta mar
oír el tic tac del reloj marcando las horas
hasta inmolar la razón de la ceniza.

¿Sabes?,
hoy pregono al viento las palabras
y el eco me responde
de qué sirvió vestirte de amapolas
si eres el grito que se agita en mi pecho
y la ilusión marcando mis días…
¿Sabes?
de que sirvió echar en el surco el fruto
pues el tiempo te separó de mí, Querubín,
hasta hacer de mis sueños
el verbo por el que canto y grito…

Hoy comprendo que si bien
aún eres viento de mi octubre
y veo caer sobre mi frente
la escarcha de mis días
no dejaré de gritar…
que eres la razón de mi congoja.



11:00 p.m.
11-08-08
Finaliza marzo
“El paisaje… tiene la edad de tu sonrisa”
Serafín Quiteño


Finaliza marzo
la mañana llora tu ausencia.

Sobre la ventana
se filtra el pregón mañanero
mientras una gota de rocío
rueda sobre mis mejillas.

¡Mi tiempo ha sido vulnerado!

En la lejanía
un canillita anuncia
la iluminación del alba;
el subsidio a nuestro amor
como congoja que llevo en ancas.

Me acorazo y tu imagen
llena el espacio donde sólo cabes tú.

Al mediodía
mi corazón se encabrita
cual cervatillo huérfano de ternura;
en tanto las cigarras anuncian
la crucifixión del Altísimo…

Tu recuerdo
cobija mis cuitas,
un silencio que me arropa
sabiendo que te espero
porque te amo.

Imagino tu rostro
pues tu ausencia.
hace escarcha en mis horas.

Cae la noche
¡ah, que difícil es amar
cuando en silencio fluyen
retazos de recuerdos!…




30-3-9 (7:18 a.m.)

Diálogo frente al espejo
“La poesía es un espejo que muerde”
Jorge Arturo


Otra vez la noche
la soledad irrumpe con sus fauces
no hay nadie que me dé un beso
que se alegre porque he llegado
no hay nadie... sólo el silencio
ese silencio que me arropa;
espero la noticia que diga
"Murió de soledad".

Suena el teléfono
a la una de la madrugada
no hay quien conteste
preguntan por Pedro ¿o Joaquín?

Reina el silencio
y me arropo con la soledad
mientras la vida se evapora
más allá de mi ventana...


01:35 a.m. (enero 20 de 2006)

Pequeña elegía para Dulce María *
“Es triste hablar así/cuando el
día se me vuelve noche”
Mario Benedetti

Mi alma se desploma y mi pluma está de duelo
acabo de recibir la noticia,
no puedo ocultarlo,
esta congoja es grande en mi pecho,
sonrío, pero nadie comprende mi dolor,
lo he callado y no es por cobardía
-lo confieso-
era por no hacer sufrir a mi Querube
porque suficiente era el dolor
emergiendo desde su vientre.

Mi niña, mi primogénita, ha muerto,
no es fácil asimilar esta herida que cala hondo
¡todos mis sueños se vinieron abajo
y el corazón entero está partido!,

En un abrir y cerrar de ojos la noticia
¡La niña nació muerta!

II
Mi amada me dijo, usted no siente
y como iba a llorar frente a ella
si suficiente era el dolor
emergiendo de sus entrañas
Dulce María, mi hija amada
nombre más grato para mi alma
te lloro en silencio
-sé valiente- me dicta el corazón
amada mía, ah, mi Querube,
déjame decirte cuanto te amo
que mi pluma está a media asta
¡para que viniste año 2003!
Si botaste mis esperanza cifradas,
si te llevaste el fruto de nuestro amor.
enero, como me dolés en el pecho
pues te llevaste lo que con ansiedad esperaba.

-Lo siento- me dijo el poeta William Alfaro,
mas yo sólo enjuagué mis lágrimas -en el trabajo-
pero nadie comprenderá mi dolor
esta llama calcinando mi pecho,
mi niña, Dulce María, ha muerto...

Enero 4 de 2003
(5:30 p.m.)


* a mi hija no nacida por negligencia médica en el
Seguro Social 1o. de Mayo, ex hospital Bloom

Desgarramiento



Hoy
estreché la sangre de un poema
la guié por los anaqueles
hurgué en su cimiente la palabra
el verso escrito en cada hoguera
la frase urgente del símil y la metáfora
es que creí que sino decía el cielo platinado
que tus ojos de azabache y el color del rubí
no era poesía...
¡ah, que inepto e indigno soy!
porque la poesía es verbo... sangre... vida...
y en ella me desnudo a la hora de esculpirla...



10:10 a.m.
15-2-6
Si te hubiese conocido ayer
A Kelly, Marisela y Araceli,
quienes vieron nacer estos versos
en tierras nonualcas


Si te hubiese conocido ayer,
mis versos fueran otros
y quizá no hubiese iniciado diciendo “te amo”
ni tampoco
hubiese construido, así de fácil
otra primavera...

Si te hubiese conocido ayer,
serían otras las palabras
con las que conquistaría tu corazón
y quizá no hubiésemos despertado junto a las estrellas
ni el viento hubiese acariciado tus mejillas
ni tus dos luceros
hubiesen iluminado esta senda oscura.

Si te hubiese conocido ayer,
no se hubiesen calmado las tempestades
de añejas frases inconclusas
pero el verbo... nuestro verbo
continuaría edificando la pgesía
con que inicié la pompa
y los geranios... las amapolas... y los lirios...
embadurnarían con su rocío
las madrugadas;
porque hoy... el hoy es el que cuenta
en nuestros pechos
para decirnos “te amo”.

Si te hubiese conocido ayer,
te hubiera quizá estrechado en mis brazos
pero ya no serías parte de mi realidad
sino un soplo de viento
una imagen que susurró un nombre
una copla que endulzó los sentidos...

Si te hubiese conocido ayer,
¡ay!, amor mío ¡ay!
no serías lo que hoy eres
mi verdad... mi desvarío... mi razón...
el castillo de mi ser...

Aunque el tiempo pase
Septiembre de 1977



Aunque el tiempo pase
y el tiempo cubra de flores los árboles
yo siempre te esperaré
tras el recuerdo sublime
que envolvió nuestro suspiro...

Y cuando el capullo se haga mariposa
o tu nombre lo borre el agua de la arena,
podré sentir que la brisa tropical
ha fraguado conspirando contra el tiempo la espera,
y el celaje... las gaviotas... los caracoles...
sabrán de mi espera por ti
al aparecer la estrella de mis días...

Si me lleno de ansiedad
y la espera sólo es un sueño
que lleva inmersa tu imagen
en los días de mi existencia,
entonces dejaré que fluya
en mis venas tu espejismo
porque aunque
el tiempo pase
siempre
esperaré
por
ti…
Luis Antonio Chávez (1961) Estudió Contaduría y Periodismo en la Universidad de El Salvador. Escribe desde los doce años. Sus primeras experiencias literarias las tuvo bajo la tutela de la Dra. Matilde Elena López. Perteneció al Círculo Literario PATRIAEXACTA (1990), que se gestó en la UES. Publica en forma independiente, hasta que en 1993 se incorpora al grupo literario Silencio, y en 1994, crea Alternativa Literaria Somos de Barro. Ha publicado artículos diversos en periódicos y revistas, tanto nacionales como internacionales, entre ellas España, Chile, Francia, Costa Rica, Guatemala (en la revista Horas Extras fue escogido su material poético como exponente joven de la literatura centroamericana). Coordinó El Suplemento Cultural 3000, de Diario Co Latino, durante dos años. Dirigió con algunos miembros de "Silencio", la antología poética De barro somos, editada en homenaje al poeta Ulises Masís, quien falleciera en 1992. En 1996 publica "Del silencio a la alternativa: un solo verbo", muestra antológica de poesía salvadoreña. Junto a los escritores Jim Cazalbé William D. Martínez, editó el libro "Había una vez en Soyapango", obra que compila los trabajos infantiles de cuento y dibujos galardonados por la Alcaldía de Soyapango, en 2001; ese mismo año también editó la antología Poética universitaria, donde se aglutina a 50 poetas (estudiantes y docentes de la UES). Su obra ha sido galardonada en diferentes juegos florales salvadoreños. Ha participado en el II Festival Internacional de poesía (2003, donde compartió su pluma con poetas como Saúl Ibargoyen y Jorge Boccanera), además del evento realizado por el poeta Otoniel Guevara, denominado El turno del ofendido, que se hace en homenaje al poeta Roque Dalton) PUBLICACIONES: Amortajando los colores, Costa Rica, 1991; Un grito a dos voces, en coautoría con la poetisa Eva Ortiz, 1993; Poesía para un canto nuevo (Aparece en la antología poética Octubre es el culpable, Edit. Sombrero Azul, 1993); y Después de la Tormenta llega la calma, Edit. Canizález, 1996; Poética Universitaria, (Edit. Universitaria, 2001); Oda a la soledad, Edit. Lis 2002; Los hijos del trueno, en coautoría con el poeta Alex Canizález (Edit. Molino de viento) Primavera entre versos (CONCULTURA 2005); La primavera de los poetas (Ediciones de Alianza Francesa 2005 y 2006) OBRA INÉDITA: Cristales del alma (poesía); Para seguir cantando (poesía); Confesiones de invierno (poesía); El poeta y la muerte al hombro (Poesía); ¿Quién tuvo la culpa? (teatro); El negro Alfredo y otros cuenteretes (cuento). Posee dos novelas cortas: Secuestro y La Cita. Además de las novelas De la luz a la oscuridad y El Duende. Fue subcoordinador de una sección cultural en el ciberespacio denominada Lanzadera.com/musas, la página del escritor amateur. Su cuento, La Cita, recibió en el sitio “Atlántida”, 1,500 visitas en una semana. Así también ha sido escogida su poesía como autor de la semana en Argentina, en la página www.under2k@tutopia.Com. Actualmente se dedica al periodismo.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Nocturno

Nocturno

A ti, Querube




La estrechez de la palabra
a las once menos veinte p m
toma vida
y en medio del silencio
tu silueta, perenne
se imanta con la ternura
para decirte
que el espacio de la casa
no
es
el
mismo
sin el claro aroma
del néctar de tus besos…

Hay un vacío en mí
y los astros son testigos
de mi desesperanza
sin embargo
me lleno de amor
este verano pródigo
mientras el frío y la soledad
se clavan en mí
cual peña
hacia
el
infinito…

Evoco tu rostro
mas la imagen retorna a mí
huraña
como un río con sus frutos al garete
y en la noche
cuando oigo
Me vas a echar de menos
en voz de José José
golpeo mi pecho
y cual gaviota
quisiera volar hacia ti
y como aquel poema que escribí
con sus frases apretujadas
se añejan en mis sienes…

Tengo en mis manos tu retrato
y una fotografía de Michelle
-nuestra hija-
grita en el silencio
como un río que fluye
como el témpano que aflora y crece
porque me falta el calor
de mis dos amores…

Hoy
mientras escucho el canto de los grillos
escondidos detrás de la puerta
tu recuerdo entra en mí
y toma fuerza
para contarte que las mañanas
son monótonas… vacías…
quisiera contarte todo y me retraigo
me vuelvo alpinista de los días
mientras las hojas del calendario
se tornan de un color sepia
y mi mano tiembla
frente
al
cuaderno…
donde, como un adolescente
escribo en letras góticas
T E A M O…

Querube
qué historia se ciñe a tu sien
qué pugna se clava en tus arcanos
sinsabores…

Mozart me recuerda
que el sueño por abrazarte se esfuma
pero la fe mueve montañas
y como los árboles cambian hojas
en primavera
Eros no fallece y toma fuerza
esta noche en que la lluvia
inunda los costados de mi patria
pregono que te amo
aunque este canto
no llegue
a tus oídos…

Lunes
desanda el camino
llévame hacia ella
pues la congoja de los días
son epitafios en mi pecho
y el tic tac tic tac del reloj de pared
me matan en la soledad
se acelera el tiempo
pero no llena este espacio
este canto que fluye
esta voz que en silencio
se
a
p
a
g
a…


Este lunes
las campanas
no repicaron en el campanario
mas mi corazón no entiende
de fronteras
y la ternura tuvo grilletes
esta noche
porque mi Querube
no está conmigo…





Luis Antonio Chávez
11:00 p.m.
Lunes 21 de septiembre de 2009

sábado, 25 de abril de 2009

Katherine Michelle Chávez de 34 meses

Katherine Michelle

KATHERINE MICHELLE
A ti, hija, en tus dos años de vida



Hija
hoy te dibujo
en el pentagrama
de mis días
porque sé que eres
la prolongación
de mi sangre
y comprendo
que no debo
gobernar tus ideas
que volutas en ti
a medida aprendes
a volar por ti misma
porque cada día
eres cual gacela
que aprende por si misma
a acariciar sus sueños
a decir no
aunque sepas
que te traerá
desaliento.
Katherine Michelle
gaviota-estrella
luz que aminora mi carga
brebaje en esta ansiedad
que me acompaña
savia-alimento
voz convertida en verbo
frase-ternura
en mi poesía…



Luis Antonio Chávez
(10:00 a.m. 13 de septiembre de 2008
(Este poema es parte de mi libro en elaboración De azul se pinta el cielo, el cual está dedicado a mi hija Katherine Michelle y con buen suceso porque ya fue traducido al alemán)

A la deriva

A LA DERIVA





Debo esconder de ti mi corazón,
no vaya ser –con la suerte que tengo-
que otra vez me quede a la deriva
y termine recogiendo frases huérfanas
en el tic tac de mi reloj…

Debo guardar de ti mi corazón
aunque con los años continúe amándote
y arranque de un tajo las hojas del calendario,
los días, los besos, los adioses…
incluso, los “te quiero” de aquellas tardes.

Debo ocultar de ti mi corazón
aunque él, como un niño que descubre el mundo
te vea llegar y salga a tu encuentro
y te pregunte, ingenuo,
¿qué me trajiste?

Debo cuidar de ti este mi corazón
pues temo, que a tientas
otra vez me quede a la deriva…





Luis Antonio Chávez
3:15 p.m. (10-12-08)

Finaliza marzo

FINALIZA MARZO
“El paisaje… tiene la edad de tu sonrisa”
Serafín Quiteño


Finaliza marzo
la mañana llora tu ausencia.

Sobre la ventana
se filtra el pregón mañanero
mientras una gota de rocío
rueda sobre mis mejillas.

¡Mi tiempo ha sido vulnerado!

En la lejanía
un canillita anuncia
la iluminación del alba;
el subsidio a nuestro amor
como congoja que llevo en ancas.

Me acorazo y tu imagen
llena el espacio donde sólo cabes tú.

Al mediodía
mi corazón se encabrita
cual cervatillo huérfano de ternura;
en tanto las cigarras anuncian
la crucifixión del Altísimo…

Tu recuerdo
cobija mis cuitas,
un silencio que me arropa
sabiendo que te espero
porque te amo.

Imagino tu rostro
pues tu ausencia.
hace escarcha en mis horas.

Cae la noche
¡ah, que difícil es amar
cuando en silencio fluyen
retazos de recuerdos!…

Luis Antonio Chávez
30-3-9 (7:18 a.m.)

Para inmortalizar tu nombre

DOCE MESES




Tengo fe que un día la tendré a mi lado,
aunque por el momento su amor exija;
que recuerde si quiere que nuestra hija
debe crecer junto a su padre amado.

Pero también que sepa, que la espero,
como ver caer la lluvia después del verano;
que su presencia extraño, pues soy humano
y por su amor vivo porque la quiero.

Doce meses hace que me dejó anclado.
El tiempo, como la iglesia de Santiago,
en silencio tañe su campanada.

Fue un domingo. Llegaba del mercado.
El golpe fue certero y muy angustiado,
-dije- ¡yo la amo y me quedé sin nada!





Luis Antonio Chávez
6:20 p.m. (17-3-9)