A LA DERIVA
Debo esconder de ti mi corazón,
no vaya ser –con la suerte que tengo-
que otra vez me quede a la deriva
y termine recogiendo frases huérfanas
en el tic tac de mi reloj…
Debo guardar de ti mi corazón
aunque con los años continúe amándote
y arranque de un tajo las hojas del calendario,
los días, los besos, los adioses…
incluso, los “te quiero” de aquellas tardes.
Debo ocultar de ti mi corazón
aunque él, como un niño que descubre el mundo
te vea llegar y salga a tu encuentro
y te pregunte, ingenuo,
¿qué me trajiste?
Debo cuidar de ti este mi corazón
pues temo, que a tientas
otra vez me quede a la deriva…
Luis Antonio Chávez
3:15 p.m. (10-12-08)
sábado, 25 de abril de 2009
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