sábado, 25 de abril de 2009

Para inmortalizar tu nombre

DOCE MESES




Tengo fe que un día la tendré a mi lado,
aunque por el momento su amor exija;
que recuerde si quiere que nuestra hija
debe crecer junto a su padre amado.

Pero también que sepa, que la espero,
como ver caer la lluvia después del verano;
que su presencia extraño, pues soy humano
y por su amor vivo porque la quiero.

Doce meses hace que me dejó anclado.
El tiempo, como la iglesia de Santiago,
en silencio tañe su campanada.

Fue un domingo. Llegaba del mercado.
El golpe fue certero y muy angustiado,
-dije- ¡yo la amo y me quedé sin nada!





Luis Antonio Chávez
6:20 p.m. (17-3-9)

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